jueves, 19 de mayo de 2011

Memoria del viaje a París

Una de nuestras aspiraciones es “ver el viaje, después de viajar”. Ver la totalidad de un lugar, recorrer sus calles de nuevo, en el recuerdo, visitar sus museos, sus rincones, entrar en sus tiendas, saborear la esencia de algunas ciudades, es en suma lo que pretendemos con nuestra memoria del viaje.
Veremos de nuevo el viaje, sentados en el salón de casa, sin necesidad de movernos, bastándonos para recordar, la foto de ese compañero incansable, esa anécdota maravillosa, ese rincón favorito…ese cansancio excitado que ocasiona deambular por calles, salas de museos y cafés llenos de mitos y memoria.
Nuestro viaje ha ayudado a algunos a superar el desconcierto ante nuevas ciudades, acercarse a nuevos paisajes, para otros reavivar la fuerza de la experiencia, orientarse por el laberinto de lo desconocido, abrirse  a nuevos compañeros, en fin, ha servido para conocer y para conocerse.
El viaje ha podido o no colmar las expectativas de los que lo emprendían,pero al mirar hacia atrás, el viaje adquiere proporciones humanas.
No podemos olvidar que: "La mitad de la belleza depende del paisaje y la otra mitad de la persona que lo mira".
Siempre que se viaja se desea que nada quede fuera del alcance de nuestras posibilidades, hay una propensión a la totalidad. Y sin embargo no es posible poseerlo todo. Se ha impuesto una selección. Un próximo viaje será el mejor antídoto para el veneno de la frustración.
Si algo salió mal, nuestra será la culpa, pero…si algo salió genial ¡!! De todos será el mérito! Desde aquí pedir disculpas a todos por los defectos, al igual que a los que no vean sus fotos o sus comentarios incluidos, y agradecer a Víctor su admirable labor de reportero fotográfico.
Doris, nuestro guía

en Montmatre, callejeando por el barrio de los pintores

sujetemos el Menhir

corbeta pirata en Saint Maló

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